El drama entre el gobierno español en Madrid y el gobierno proindependentista en Cataluña, que ha ido escalando en tensión en particular desde el viernes, cuando las autoridades separatistas catalanas declararon la independencia, ha incluido a dos personajes que les resultan familiares a los estudiantes de política española: el mártir y el dictador.

Puigdemont, president destituido de la Generalitat, no está en Catalunya ni en España. Se encuentra en Bélgica, junto a otros miembros del Govern cesados el viernes en virtud del artículo 155 de la Constitución.

El presidente español, además de anunciar la retirada de los gobernantes catalanes, convocó a elecciones regionales para el 21 de diciembre próximo.

Los grupos de la mayoría independentista en el Parlament, han aprobado este viernes por la tarde, la propuesta de resolución para la constitución de “una república catalana como estado independiente, soberano, democrático y social”.

El Gobierno español exigió al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que no  respondido al requerimiento de si proclamó la independencia en Cataluña, que rectifique antes del jueves o, de lo contrario, o aplicarán el artículo 155 de la Constitución.

Cataluña y España se encuentran ante lo desconocido. El líder catalán Carles Puigdemont tiene programado presentarse hoy a las 18:00, hora de Barcelona, ante el parlamento regional en una comparecencia en la que posiblemente haga una declaración de independencia.

La Mesa del Parlament ha convocado para el próximo lunes a las diez de la mañana, un pleno excepcional solicitado por junteros y cuperos en el que Carles Puigdemont, comparecerá para cumplir el mandato surgido de las urnas del pasado 1 de Octubre, de declarar la independencia.

Fuentes de la lucha antiterrorista, confirmaron que el 25 de mayo los servicios de inteligencia de Estados Unidos, avisaron a España acerca el autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus antiguas siglas en inglés) y el plan de atacar emplazamientos turísticos muy concurridos en Barcelona, específicamente La Rambla".

Sin que sus familias se dieran cuenta, los jóvenes integrantes de la célula terrorista que atentó en Barcelona y Cambrils, se implicaron en un proceso de radicalización liderado por el imán de Ripoll Abdelbaki es Satty.