Independiente, en un final para el infarto, se
clasificó a los cuartos de la Copa Sudamericana luego de vencer, con diez
jugadores, 2-0 a Atlético Tucumán con un golazo de Benítez (la ida fue 0-1). El
Diablo había desperdiciado un penal y también pifió uno la Pulga Rodríguez para
la visita. Ahora jugará contra Estudiantes o Nacional de Paraguay.
Independiente apeló a la mística. O mejor
dicho, al tremendo derechazo de Benítez que terminó siendo el gol de la
clasificación a los cuartos, el desahogo, la felicidad pura. Ese golazo fue el
2-1 con el que el Rojo venció a Atlético Tucumán y se metió en la próxima fase
de la Sudamericana.
No fue fácil. Todo lo contrario, porque pasó de
todo y debió reponerse y batallar con diez por la expulsión de Tagliafico. No
sólo eso, debió levantarse porque encima Fernández falló el penal y el rebote
que le quedó tras la atajada de Lucchetti. Sobrevivió porque el gol de penal de
la Pulga fue anulado por invasión y cuando lo repitió, el que se lució fue Campaña.
Digno fue el trayecto de los tucumanos en esta
Copa. Es más, pudo haber logrado la clasificación porque chances, tuvo. Y
encima contaba con el plus de jugar con un hombre más por la expulsión de
Tagliafico.
Pero Independiente nunca se cayó, sacó ese
fuego interior y a pesar de las desventajas, de fallar en momentos
determinantes, encontró en Martín Benítez la salvación, el zapatazo de la
victoria, el pasaje a cuartos. Fuente Olé
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PUBLICADO EL
13/09/2017