Meseta rocosa, reino de la piedra, de la
arcilla, de la arena y de la sal. Con una altura irregular de 130 a 160 metros,
con una dimensión aproximada de 1800 metros de frente sobre el mar y una
profundidad costa adentro de unos 800 metros promedio, con el mar de la Bahía
sin Fondo por un lado y la inmensidad
monótona de la estepa patagónica por el otro, se levanta la formación ¿natural?
del Fuerte Argentino en el Golfo de San Matías.
El historiador Raúl Entraigas en su
libro “El fuerte del Río Negro”, explica que “En la Bahía sin Fondo o Punta San
Mathías, desagua el río Negro o de los sauces”. Entraigas aclara que “Por otra parte, casi todos creían que el
río de los sauces desembocaba en San Antonio y que en otras épocas, seguramente
el Golfo de San Matías habría sido su boca”.
Entre otros datos históricos destacados,
el Virrey Juan José de Vértiz le advierte al explorador Juan de la Piedra en su
extensa instrucción, que “entre el Negro y el Colorado viven los indos de
nación Tegüelchú vaxo, al mando del
cacique Negro.
Los emisarios del cacique Negro aseguran
que hay una isla dentro de la Bahía sin Fondo, poblada por ciertos de indios o
gentes no conocidas de quienes viven muy recelosas”. Y pide que investiguen
eso. Le pide se entere, por medio de los aborígenes, si llegan barcos allá, y
si tienen noticia de que haya extranjeros en el interior del país.
Los templarios en la Patagonia
Se dice que caballeros templarios
trajeron a la Patagonia el Santo Grial. Se habla de una antigua
fortaleza habitada por “hombres blancos” y afirman que en los antiguos
manuscritos del caballero Perlesvaus, éste al llegar a las costas patagónicas
en el Golfo de San Matías, muestra su sorpresa porque “El castillo se divisa
sobre una ínsula en el mar.
“El aspecto del fuerte al acercarse
desde el mar es el de una isla. Y afirman que en cuanto la nave tomó puerto
debajo del castillo, el mar se retiró de modo que la nave quedó en tierra
seca”.
Un dato más dicen los investigadores
sería que se trata de la Bahía sin Fondo porque “la diferencia de mareas toma
por sorpresa al piloto de la nave, dado que la diferencia entre pleamar y
bajamar delante del Fuerte Argentino suele ser de hasta 10 metros, algo
totalmente inusual en el resto del mundo”.
Otro aporte a este misterioso
promontorio lo dan las “planches” del Atlas confeccionado por el francés Martín
de Moussy (geógrafo y científico contratado por el gobierno de la Confederación)
que en el punto geográfico del Fuerte, está marcado con dicho símbolo con la
leyenda “Ancien Fort Abandonné” o sea antiguo fuerte abandonado.
Destacamos que los precisos estudios
geográficos del Dr. Jean Antoine Víctor Martín de Moussy, en especial su
“Desccription Geographique et statistique de la Confederatión Argentine”
publicada en tres tomos y un atlas fue imprescindible para futuras
investigaciones sociales.
Lo notable del caso es que el mismísimo
Julio Verne, al escribir sus libros ambientados en la Patagonia, la cual no
conocía, se valiera del trabajo del médico francés.
Por tradición oral, algunos antiguos
pobladores del predio aseguran que “tiene el lugar una historia antiquísima y
que antiguamente era un fuerte, que en la cara que daba al mar tenía cañones
emplazados”.
Hasta hay un relato de una familia que
al entrar en su territorio el parabrisas del vehículo se cubrió de pequeñas
manitos que no dejaban ver. Al bajarse en vano buscaron algo: no había nada.
Pero al subirse otra vez las manitos cubrían el parabrisas. Fuente Informativo
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PUBLICADO POR FM Libra
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PUBLICADO EL 27/10/2017