Brasil es uno de los países con más homicidios de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales  de América.

Como son los pabellones para presos homosexuales en Brasil Como son los pabellones para presos homosexuales en Brasil

Como son los pabellones para presos homosexuales en Brasil

Como son los pabellones para presos homosexuales en Brasil

Brasil es uno de los países con más homicidios de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales  de América.

Ante esta situación, algunas cárceles brasileñas adoptaron medidas para evitar que esta violencia afecte a sus presos, separándolos del resto de internos.

El Presidio Central de Porto Alegre, elegido como el peor del país por sus instalaciones y el hacinamiento de los internos, se convirtió en 2012 en la segunda cárcel brasileña en abrir una galería para los presos gays, travestis o bisexuales.

"Es una forma de hacer efectiva la dignidad de la persona humana y también una oportunidad para que el Estado preserve los derechos de presos y su orientación sexual y para evitar cualquier tipo de prejuicio en el cumplimiento de las penas", aseguró el día de la inauguración de la galería el defensor público Lizandro Wottrich.

Brasil fue el país americano con más homicidios de LGBTs en 2016, con 340 muertes.

"Hasta hace 5 años, los homosexuales cumplían penas junto con otros condenados, siempre con los que habían cometido crímenes sexuales. Hasta entonces, quien era homosexual sufría todo tipo de opresión, fuese física o psicológica", explica a Efe Fred, portavoz del grupo de internos LGBTs.

"Nosotros somos diferenciados, no tenemos hacinamiento en la galería, pero a la vez nos sentimos excluidos, porque las otras galerías pueden tener varios servicios y nosotros solo empezamos a estudiar este año. Los otros presos tienen muchos prejuicios, no nos aceptan", dice un recluso, que prefiere no revelar su apellido.

"Somos muy discriminados, salimos al pasillo y somos discriminados con insultos, agresiones, cortes... a veces nos cortan con cuchillas. Si el día de visita me maquillo y la mujer de un preso lo ve y se lo dice al marido, ya es motivo para agredirme", denuncia.

Para Fred, esta galería ha servido para "inhibir este tipo de opresión y para que pudiéramos cumplir la pena con dignidad y tranquilidad, sin pasar por esta humillación".

Con una galería ordenada y limpia, el grupo de presos se ha organizado "para ocupar el tiempo y la mente con varios proyectos". Tienen una biblioteca y una sala de alfabetización.

"Cuando llegué aquí era una galería como cualquier otra, nos peleábamos entre nosotros: gays, travestis, bisexuales... tres grupos que seguían peleando, pero hicimos una unión. Dijimos que éramos la misma cosa, que solo cambia el gusto en determinado momento y que, para poder vivir en comunión, hay que unirse en algunas cosas", resalta Anderson.

"Tardamos unos dos años en unirnos. No teníamos reglas de comportamiento. Llegaba la comida y parecíamos perros, aprendimos a tener reglas de comportamiento. Muchos presos vienen de la calle y venir aquí es un lujo para ellos. Hay varios que dicen que estar aquí es mejor que estar en la calle", agrega.

Pese a ser un 'oasis' dentro del inhumano sistema carcelario brasileño, Fred admite que comparten uno de los problemas que afecta al sistema carcelario brasileño.

"Cuando comienzas a cumplir una condena, te colocan en un espacio y si no buscas una cosa para hacer, son pocas las actividades diferenciadas para que cuando salgas tengas un título o certificado de alguna cosa, de un curso, algo que pueda ser beneficioso al salir de aquí", lamenta.

El hacinamiento es otro de los problemas. Según la propia administración, el Presidio Central de Porto Alegre tiene capacidad para 1.700 presos pero alberga a unos 5.000. fuente EFE

PUBLICADO POR FM Libra 106.7-Allen-Río Negro.
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PUBLICADO EL 15/10/2017