Más que jugarlo, Boca trabajó el partido. La
tempranera expulsión de Edwin Cardona por doble amonestación, cuando iban 16
minutos de juego, hizo que el equipo se viera obligado a modificar el plan. Hasta
ese momento dominaba el encuentro y el 1-0 era merecido y parecía corto por lo
que insinuaba uno y otro.
Pero al quedarse con diez, el Xeneize mostró
otra faceta: la del equipo táctico, más estratégico y pensante, para cuidar la
ventaja e intentar ampliarla mediante la contra. La roja a Mellado ya en el
segundo tiempo le facilitó las cosas. Boca controló el juego a través de la
tenencia de la pelota, Chacarita no lo arrinconó ni le generó peligro nunca y
el triunfo terminó siendo justo para seguir siendo el único puntero de la
Superliga. Cinco jugados, cinco ganados, con 13 goles a favor y apenas uno en
contra.
La victoria, desde la tabla, fue muy importante
pero también lo fue en el plano emocional. La derrota en la semana ante Central
por la Copa Argentina había sido un mazazo inesperado para un equipo que venía
volteando muñecos desde finales del torneo pasado, en el que se consagró
campeón. En la Bombonera, ante el recién ascendido Chacarita, debía rendir el
examen que le tocó a todo equipo que viene con envión y de repente frena su andar
con una derrota.
Ya de entrada, Boca golpeó primero. Gago tocó
para Benedetto y el 9 cambió roles con Pavón: esta vez, él asistió a su
compañero, quien, a la carrera, definió a un palo ante la salida de Fernández,
el arquero rival.
El empuje y el vértigo xeneize con destino al
arco del Funebrero se detuvo con la infantil expulsión de Cardona, quien
cometió dos infracciones de amonestación en menos de cinco minutos y dejó a su
equipo con uno menos. Ahí Boca se paró con un 4-4-1, con Pavón repleado sobre
la derecha y dejando solo a Benedetto con la última línea rival.
Pero a Chaca, pese al hombre de más, le costó
generar peligro. La más clara fue un desborde de Menéndez sobre la derecha,
quien tiró el centro y la pelota pegó en la mano de Barrios. Era penal por la
ubicación del brazo del volante colombiano, pero Pitana no lo cobró. Después,
al visitante pareció faltarle jerarquía como para desequilibrar a una defensa
de Boca que se mostró sólida.
La roja a Mellado para que quedaran ambos con
diez pareció sepultar las chances de Chacarita de arribar al empate. Guillermo
metió cambios, el equipo apostó a un juego más de control y así llegó al final,
sin pasar grandes sobresaltos ante un rival inferior. Fuente Olé
PUBLICADO POR FM Libra 106.7-Allen-Río Negro.
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PUBLICADO EL 1/10/2017