El depravado ya había violado a una de
las hijas, salió con libertad condicional y violó a la otra hija.
En ambos hechos, ocurridos en Plaza
Huincul, el hombre drogó a sus hijas para cometer los abusos. El primero
ocurrió en 2012, cuando sedó a su hija de 16 años para luego violarla.
Por ese hecho fue condenado a 8 años de
prisión efectiva, y a mediados del año pasado le dieron la libertad condicional
al cumplir los dos tercios de la pena.
A fines de 2017, bajo la misma modalidad,
drogó con gotas somníferas en la bebida a su hija de 17 años, de otra pareja, y
luego la violó en su casa.
Allí, la adolescente comenzó a sentirse
mal y sin fuerzas, instante en que su padre la violó. Luego, el calvario
continuó ya que el agresor la amenazaba por teléfono para que no contara lo
sucedido.
Producto del abuso sexual, la adolescente
quedó embarazada y tuvo un aborto espontáneo. A pesar de lo sufrido, la víctima
logró contar lo que había ocurrido y radicó la denuncia correspondiente. Casi
de inmediato, tras la denuncia penal, por la gravedad del hecho y sus
antecedentes, el hombre fue detenido.
“La víctima, tras sufrir un aborto
espontáneo y gracias al apoyo de la familia y un cuerpo de psicólogos,
materializó la denuncia”, había explicado el fiscal del caso Gastón Liotard el
8 de agosto, cuando el hombre fue declarado culpable del delito de abuso sexual
con acceso carnal, agravado por el vínculo, luego de admitir su
responsabilidad.
En ese momento, la defensora le había
explicado que, de no aceptar la responsabilidad, sería juzgado por un jurado
popular. Fuente LM Neuquén
POSTEADO: 04-09-2018
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